11 agosto, 2014

Mi sonrisa

No me lo había tomado en serio hasta que más de cinco personas me dijeron que se habían dado cuenta de que yo no sonreía. Mi cara siempre seria, como pensando. Ensayé varias sonrisas en el espejo para sacarlas durante el día, pero guardadas quedaron. Se me olvida sonreír. Y luego, cuando me río de algo, resulta que no es el momento. Comienzo a sospechar que mi sonrisa terminó por ocultarse en la esquina de la comisura de mis labios, justo como el beso travieso que sólo Peter Pan pudo tomar de la boca de la mamá de Wendy.

Hay una fotografía que me gusta mucho porque mi sonrisa ahí reflejada es auténtica. No es que las otras fotos donde sonrío no sean verdaderas, pero esa fotografía en especial encierra algo poderoso. Hay brillo en la mirada, las líneas del rostro están acomodadas en perfecta alegría, el gesto relajado. Además, no estoy sola. Él también sonríe con sinceridad, su mirada traviesa concuerda con la mía. Nuestras cabezas reposan uno en el otro y nuestros brazos tienen un no sé qué que brinda cariño y confianza. Aquel día nos divertimos mucho, más por la disertación de nuestras ideas que por otra cosa.

Luego, en realidad, no hemos vuelto a tomar fotografías cuando estamos juntos. En parte por carecer de una cámara o celular, en parte porque se nos olvida. Es extraño que seamos así en esta época cuando lo más normal y cotidiano del día es tomar fotografías de casi cualquier cosa. Pero este texto hablaba más bien de mi sonrisa, no de nuestras pocas ganas de ser retratados. ¿A dónde se fue mi sonrisa? Sé que si estoy con él sonrío, y mucho. Pero ¿a dónde se fue cuando él no está?

¿Será por los pensamientos que tengo en la cabeza, acercados últimamente a la reflexión de mis actos y no a hechos graciosos en sí? ¿Será porque experimento una nueva y profunda abstracción de mis ideas donde mi rostro no alcanza a expresar gestualmente lo que ocurre, al grado de quedarse simplemente serio? ¿Será porque él se fue de viaje y mi sonrisa quiso acompañarlo en la visión de nuevos lugares del mundo?

 

¿Será que mi sonrisa

quedó prendada de tus labios

y me será devuelta

cuando vuelva a besarte?

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